978-84-9023-439-6
«Cuando oréis, decid…» «Jesús de Nazaret, maestro de oración»
JUAN JOSE BARTOLOME
Editorial: CCS Año: 2017 Páginas: 136Formato: 21 x 13,5 cm.
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El seguimiento de Jesús es «buena noticia», no yugo pesado, aburrido o triste. A los discípulos de Cristo hoy nos falta vivir el Evangelio con más alegría. No son muchos los que entre nosotros saben gozar de su vida, mientras siguen a su Señor. El Dios de las bienaventuranzas es el futuro de cuantos logran vivir ya satisfechos sin haberlo conseguido todo ya; de quienes, aún en el dolor o la enfermedad, saben sonreír gratis, y siempre, al hermano que se les acerca. La alegría evangélica no brota de «lo divertido que nos lo pasamos», sino de saborear cuánto Dios nos ama. Agustín de Hipona concluía una homilía sobre las bienaventuranzas diciendo: «En la medida de mis posibilidades, he expuesto a vuestra caridad todas las bienaventuranzas de Cristo. Os veo que estáis alegres, como queriendo escuchar todavía más. Vuestra caridad me ha provocado a decir tantas cosas y hasta hubiera podido decir otras muchas; pero es mejor que rumiéis bien lo recibido y lo digiráis para vuestra salud».
El autor tiene una pregunta inicial: cómo se llegó a la formación de los actuales cuatro evangelios y quiénes son sus autores. Con un esfuerzo de sencillez divulgativa se da una respuesta que sitúa a los cuatro evangelios en el corazón de la Iglesia y en el corazón de las comunidades cristianas primitivas. Evangelio, en su origen, no designaba un escrito sino la noticia de una actuación, a saber lo que Jesús hizo y dijo y mandó proclamar a todo el mundo. En realidad, fue a partir de Justino, alrededor del año 150, cuando se empieza a emplear evangelio para designar libros que recogían la «memoria de los Apóstoles» en torno a la figura de Jesús de Nazaret.
El autor de este libro quiere responder la pregunta sobre lo específico de la vida consagrada a Dios, en el marco de la vocación de todos los cristianos al seguimiento de Cristo y a la santificación de la vida. Es obvio que esta pregunta no es nueva, como podemos comprobar si nos acercamos a los debates tenidos en el interior del aula conciliar en el Vaticano II, o si recorremos la reflexión que sobre la vida religiosa se ha elaborado en el posconcilio. Para responder necesitamos situarnos en un contexto más amplio que podemos describir como una crisis cultural y teológica. Tras señalar que las transformaciones en la vida religiosa no obedecen solo a un dinamismo interno del Espíritu, sino también a la inevitable presión del contexto cultural social, constatamos que lo que está en cuestión es una articulación nueva de esa experiencia espiritual que da origen y sostiene la vida religiosa, vivida en el corazón de la modernidad, una modernidad que, como mínimo, ya no se profesa cristiana. Si algo quisiera mostrar la reflexión recogida en este volumen es que la vida consagrada, tal como ha sido ?y sigue siendo? pensada y regulada por la Iglesia hoy, queda insuficientemente fundada en el evangelio. Aquí se encuentra la raíz de su hondo malestar. Y también, sin desconocer sus evidentes logros, la causa de la pobreza de su testimonio.
María, la llena de gracia, la «dichosa porque creyó» es presentada por el autor como caminante de fe, como la que hace un camino de fe progresivo. El autor muestra este camino según su aparición en los textos bíblicos. Asomarnos a la fe de María nos lleva a asomarnos a nuestra propia fe.
Grandes creyentes del Antiguo y del Nuevo Testamentos. Los colaboradores de Pablo.
Pablo en el cristianismo primitivo, sus cartas como parte de su vida, síntesis de su pensamiento.